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A pesar de existir desde hace milenios y aparecer en todas las culturas y países, la prostitución casi siempre ha estado mal vista. El estigma que persigue a las personas que ejercen este trabajo, la mayoría mujeres, sigue hoy en día más vivo que nunca. Estas mujeres venden su cuerpo por dinero, en una transacción que, seguramente, de no contener sexo no estaría tan  mal vista. El tabú que rodea a todo lo que tiene que ver con el pecado carnal hace que este tipo de trabajos sigan estando totalmente marginados hoy en día, al igual que las propias trabajadoras. La apertura de mente y la libertad sexual de las últimas décadas parece haber cambiado un poco las cosas, porque al menos ahora se puede discutir públicamente sobre este “problema”. Sin embargo, las prostitutas siguen siendo marginadas y olvidadas por la sociedad.

Esto resulta especialmente duro en entornos rurales, donde también hay prostitución, por más que muchas veces se trate de enterrar este tema. Las ciudades suelen ser un entorno más propicio para este tipo de trabajo, por haber más población y tener mayor demanda. Sin embargo, los pueblos y poblaciones pequeñas también son un foco importante de prostitución. Burdeles que se hacen pasar por ventas o lugares de paso en las carreteras secundarias, chicas que alquilan pisos y llevan allí a sus clientes, tratando de ser lo más discretas posible… La prostitución no es algo exclusivo de las ciudades, pero es cierto que los pueblos está tan soterrada que en muchas ocasiones parece no existir. Sin embargo, todo el mundo sabe dónde se pueden encontrar esas mujeres que ejercen este oficio. Las habladurías entre vecinos, los corrillos, las acusaciones a veces infundadas y otras veces simplemente maliciosas… Ser prostituta no es un camino fácil para ninguna chica que se lance a ello, pero se hace especialmente duro cuando debes sobrevivir en un ambiente adverso como es el entorno rural.

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Así es la prostitución rural

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No son pocas las chicas que se dedican a la prostitución en entornos rurales, alejados en muchos casos de las ciudades. Es cierto que la mayoría deciden acudir a las grandes urbes, no solo por tener mayor demanda allí, sino también por ese sentimiento de estar menos expuestas. En la ciudad, los vecinos no se conocen tanto, y las habladurías y rumores tardan más en extenderse, incluso en barrios más pequeños. Las chicas que ejercen como prostitutas en pueblos más pequeños deben luchar contra ese estigma. La mayoría de ellas lo oculta, porque sabe que el pueblo entero se le puede echar encima. Por norma general, en los pueblos la mentalidad sobre el sexo no es tan abierta, y el trabajo de prostituta se ve como algo desagradable e incluso denunciable. Lo curioso es que si existen prostitutas es porque hay clientes…

La mayoría de estas mujeres llevan una vida solitaria y bastante aislada, precisamente para evitar las habladurías. Se mantienen “fuera del radar” para evitar que descubran su verdadera profesión, y se presentan, por ejemplo, como trabajadoras desde casa. La mayoría de servicios, además, se llevan a cabo en la calle, o en los coches de los clientes. Y es que el peligro de acudir a la vivienda de la chica, con los vecinos cerca, es demasiado. Algunas tienen sus viviendas a las afueras, o en calles donde no suele haber mucho movimiento, para evitar las miradas indiscretas. Las prostitutas rurales suelen ser chicas ya con cierta edad y experiencia, tanto extranjeras como de zonas cercanas. En pocas ocasiones son mujeres del propio pueblo, por lo que eso podría suponer para su familia si se descubriese su auténtico oficio.

Que demandan los clientes

Como ocurre en las ciudades, las escorts deben atender todo tipo de demandas y peticiones por parte de los clientes. La mayoría de ellos, especialmente los más mayores, simplemente quieren un polvo rápido, con penetración y poco más. Algunos tal vez buscan algo diferente, como algunas posturas o cumplir fantasías. Los más jóvenes, que también están convirtiéndose en un sector importante de su público objetivo, suelen buscar emociones algo más fuertes. Hoy en día, con la expansión de Internet, donde podemos encontrar todo tipo de escenas porno, todo el mundo ha visto ya de todo, y no hay esa cerrazón de hace años, donde las personas de los pueblos parecían tener menos conocimiento sobre sexo. Aun así, muchas personas mayores siguen pidiendo servicios habituales y se convierten en clientes fijos, siempre con la discreción como máxima por ambas partes.

Acompañamiento, escucha y otros servicios

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Cuando uno piensa en los servicios que ofrece una prostituta siempre se queda en el sexo, pero son mucha más que eso. Estas chicas también ejercen como acompañantes en eventos, cenas y todo tipo de momentos privados. Se ponen a disposición de hombres que puedan pagar dinero pero no quieren llegar al sexo. Solo buscan algo de compañía, una mujer que les de calor, unos oídos que escuchen sus historias… Son servicios bastante habituales también en los pueblos, especialmente para aquellos hombres que se han quedado solos después del matrimonio. En este sentido, las escorts trabajan más como psicólogas que como profesionales del sexo. Este tipo de servicios son más comunes en el entorno rural que en el urbano, aunque también se dan en las ciudades.

La calle y los vehículos se convierten en el lugar idóneo para los encuentros

¿Y dónde tienen lugar los encuentros con las prostitutas en el entorno rural? Si bien hay chicas que cuentan con piso propio, la discreción es especialmente importante en este tipo de encuentros, así que ese lugar suele ser poco adecuado. Por norma general, los clientes recogen a las chicas en su coche y acuden a ciertos lugares apartados, donde pueden tener relaciones dentro del propio vehículo, o fuera de él, en un sitio lejos de ojos indiscretos. La calle puede ser también un lugar perfecto para disfrutar de un servicio rápido, sobre todo por las noches, en las cercanías de polígonos, callejones con poca luz o incluso parques. Aquí se corre el peligro de ser pillados in franganti, pero al ser servicios más rápidos, lo habitual es que se termine pronto y no haya ningún problema.